A 22 años del secuestro y desaparición de María de los Ángeles Verón, más conocida como Marita Verón, la joven tucumana víctima de trata de personas, su mamá Susana Trimarco la recordó con una conmovedora carta que publicó en las redes sociales de la fundación que lleva el nombre de su hija.
“Mi querida hija: hoy tu luz sigue brillando en cada rincón de nuestros corazones. Tu madre, tu hermano y tu hija llevamos el peso de tu ausencia con la certeza de que tu amor nos sostiene desde algún lugar más allá de nuestras miradas”, posteó junto a un collage de fotos.
“Cada recuerdo es un abrazo tuyo, cada lágrima, una caricia de tu alma. Tu belleza, tu alegría y tu amor perduran en cada latido de nuestras vidas. No hay distancia que pueda separarnos, porque tu presencia se hace sentir en cada momento, en cada suspiro”, continuó.
“Hasta que nos volvamos a encontrar, nos aferramos a la certeza de que tu espíritu vive en nosotros, guiándonos, protegiéndonos y amándonos sin medida. Con amor eterno, tu mamá Susana”, cerró.
Marita Verón desapareció el 3 de abril de 2002, cuando se dirigía desde la casa de su madre hacia la maternidad Nuestra Señora de la Merced, para realizarse un estudio. La investigación, que se puso al hombro la propia madre de la víctima, permitió a la Justicia concluir que la víctima había sido captada por una red de trata de personas que operaba en La Rioja para ser explotada sexualmente.
El año pasado hubo un avance en la causa: un testigo se presentó a declarar ante la Justicia y afirmó que existen fotos del cuerpo de la mujer. “La carpeta es real porque con eso se amenazaban entre los gremios involucrados”, dijo Trimarco ante la prensa.
Contó que esta persona se acercó hasta la Fundación María de los Ángeles asegurando tener información sobre la presunta muerte de su hija. Además, involucró al gremio Luz y Fuerza.
En aquel momento trascendió que el fallecido Julio Luna, dirigente del gremio tucumano y responsable del centro de salud, sabía que el cuerpo de la joven estuvo en la morgue y que esas fotos fueron utilizadas para extorsionarlo.
En aquella oportunidad, Trimarco enfatizó: “seguiré hasta el final, hasta encontrar los huesos de mi hija”.